Qué libro leo |
No tengo remedio: en cuanto veo a más de dos personas leyendo lo mismo en el transporte público necesito hincarle el diente al libro en cuestión. El sociólogo que habita en mí. No es de extrañar, por tanto, que acabara sucumbiendo a La chica del tren, novela cuyo argumento hace un guiño a sus potenciales lectores situando la acción principal, precisamente, en un cercanías que lleva a su protagonista a ¿trabajar?
Sería extraño que alguien se acercara a este título buscando una obra maestra de la literatura. No la encontrará. Se llevará, a cambio, un thriller bien llevado y no mal resuelto. Las comparaciones con Hitchcock son, por una vez, pertinentes. Hay mucho de su cine en el desarrollo de La chica del tren, aunque conveniente adaptado a los tiempos del smartphone.
Mientras escribo estas líneas, toda la ciudad está empapelada con el cartel de su (casi inmediata) adaptación al cine. Vaya papeleta la de Emily Blunt. Su físico está muy lejos del que imagina el lector cuando se enfrenta a esa Rachel que empalma latas de gintonic pre-hecho mientras se dirige al ¿trabajo?
LA CHICA DEL TREN (The girl on the train)
Paula Hawkins
Planeta. Barcelona, 2015. 496 páginas.
PVP: 18'52 euros, 12'34 euros (e-book)
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