Anagrama |
Han pasado casi cinco años de su publicación y, sin embargo, estamos ante la última novela de Paul Auster aparecida en el mercado. Es una buena noticia. Trataré de explicar porqué. Hace un lustro, Auster se acostumbró a publicar narrativa casi cada año. La excelencia prolífica está al alcance de muy pocos. Woody Allen y para de contar. Sunset Park confirma una sensación que quedaba al leer algunos de los títulos inmediatamente anteriores del neoyorquino. Auster sigue escribiendo estupendamente. Pero pareciera que se conforma con plantear. Si sus últimos desenlaces ya se tornaban insípidos, en Sunset Park podemos hablar ya sin ambages de desgana. El punto de partida era atractivo. Situaba a un muchacho siete años después de haberse ido sin despedirse de Nueva York. Rompe con todo su pasado y ni su padre, radicado junto a su segunda esposa en la Gran Manzana, ni su madre, una actriz de Hollywood saben, al menos de primera mano, su paradero. Ya iremos viendo los motivos. Pero decide regresar. Y lo hace a una casa en ruinas en la que viven, a lo “okupa”, un amigo suyo con dos chicas.
No debe ser fácil editar a uno de los novelistas vivos de mayor prestigio. Pero aquí hubiese hecho falta un severo replanteamiento. Hagan la prueba: lean la novela y pregúntense qué les han aportado los personajes femeninos que comparten piso con el protagonista en Nueva York. O mucho me equivoco o la respuesta será “muy poco”, por más que la trama secundaria de una de ellas suponga una hermosa reivindicación de una de las películas favoritas de quién les habla, Los mejores años de nuestra vida(The best years of our lives, William Wyler, 1946).
Este parón en su frenesí publicador no puede ser casual. Seguro que el siguiente Auster que leamos vuelve a estar a la altura de las expectativas.
SUNSET PARK
Paul Auster
Anagrama. Barcelona, 2010. 288 páginas.
PVP: 18’50 euros, 9 euros (bolsillo), 7’49 euros (e-book)
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